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lunes, 25 de abril de 2011

Shout.

¿Sabes cuál es esa sensación de querer GRITAR? Sí, GRITAR... y que te escuche todo el mundo, en especial ÉL.
¿Tan difícil es entender lo que quiero? ¿Cuesta tanto leerme los labios? Es impotencia, y a la vez, duele.
¿Y por qué duele? Se supone que "no debería" ser así...
Lágrimas, que no cesan, se sumergen en gritos ahogados. Desespero.

Y sólo necesito de tus labios una explicación de esta frenética soledad. Si es cosa de dos; ¿por qué en esta historia sólo va quedando uno?

Y todo esto lo escribo porque me siento sola, porque < hace falta más > de < lo que se da >. Hace falta  demostrar, más palabras, y menos promesas que quedan por cumplir.

Promesas... Algo que arrastro con cadenas... más ilusiones perdidas, más esperanzas fallidas.
¿Cuándo volverá mi calma? Estoy cansada de este maquillaje que finje felicidad.
Quiero tener mi propia felicidad, como antes... ¿Quién fue el que me la arrebató?

Y lo más triste, es que yo sigo aquí gritando... todo el mundo me mira, todos me oyen... menos ÉL.

Escucha, que grito: ¡¡¡T E  N E C E S I T O!!!

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